jueves, 18 de noviembre de 2021

FIESTA DE LA VENDIMIA EN CANILLEJAS

FIESTA DE LA VENDIMIA EN CANILLEJAS



Y en todo Madrid. 

Porque la propuesta que la Plataforma Quinta de Torre Arias hizo al Ayuntamiento de Madrid hace cinco años parece por fin que va a tomar cuerpo. Y si se cumplen los plazos, en breve se plantarán las variedades de vid que, en tres o cuatro, permitirán a los madrileños asistir en la calle Alcalá a la primera fiesta de la vendimia. 

Se recuperará un viñedo histórico, bajo la asistencia técnica del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario elaborando una simbólica añada de vino y recuperando, con un carácter ahora más popular, las cosechas que durante siglos y hasta la primera mitad del siglo XX hicieron las familias aristocráticas propietarias de la Quinta. Aunque la elaboración del vino urbano se haga en las instalaciones del IMIDRA, las bodegas recientemente restauradas del Palacio de la Quinta serán el escenario perfecto para estas demostraciones del otoño madrileño. 


Concursos literarios, de fotografía, ciclos de seguimiento del cultivo,...junto al pregón de la vendimia coincidiendo con las fiestas patronales del distrito de Canillejas, serán el marco de este proyecto que parece arrancar. Son estas las líneas generales del Proyecto de la Plataforma Quinta de Torre Arias, que nació en defensa del carácter público de la Quinta ante el intento privatizador de anteriores corporaciones municipales.








miércoles, 10 de noviembre de 2021

A propósito de...la declaración de BIC. Quinta de Torre Arias

 Fundamentos para la Declaración de Bien de Interés Cultural para la QUINTA DE TORRE ARIAS



La Comunidad de Madrid a instancias del Área de Cultura inicia expediente para la declaración de BIC del palacio y Quinta de Torre Arias en la categoría de conjunto histórico.

Anteriormente ( hace años) la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ya lo solicito.

Con motivo de ello, está plataforma redacto el siguiente texto para reflejar nuestra opinión al respecto y que fue enviado al organismo competente.


Contexto:

Desde su constitución, a raíz de las protestas por Plan Especial de 2014 que, según el Tribunal Supremo de Madrid, dejaba la Quinta en una situación de desamparo, la Asociación ha acompañado los procesos posteriores para reivindicar la máxima calidad en todo lo relacionado con la finca, como bien público para el beneficio de los ciudadanos.

Pese a las declaraciones de buenas intenciones a posteriori, la Quinta ha sufrido pérdidas irreversibles de su patrimonio histórico y cultural debido a la falta de mecanismos de supervisión y conservación en el contrato de permuta de 1986 en lo que parecía una operación inmobiliaria de superficie y volumen sin consideración de su valor intangible. El deterioro habría comenzado antes de que interviniera el Ayuntamiento de Madrid, aunque queda patente que los 30 años de usufructo sin supervisar han llevado a un expediente de ruina y una intervención que ha pasado por demoler gran parte de las estructuras para consolidar su estructura.

En la inercia de ambos planes especiales publicados y el proceso de plan director en marcha, nuestra Asociación ha observado una premura y criterios cambiantes que han creado una visión disgregada de los elementos individuales de la Quinta que dificulta cada vez más su estudio, tanto en términos históricos, como técnico para entender como se podría implementar usos futuros contemporáneos basados en una narrativa que arranca desde el pasado rural de la finca y se proyecta hacia convertirse en un elemento central en la transición sostenible urbanística según las pautas de proyectos como Barrios Productores, Isla de Color y Bosque Metropolitano que promocionan el Ayuntamiento como su apuesta ante el cambio climático.

Para integrar estos elementos, la Plataforma ha insistido constantemente en que deben ser interconectados de manera que traten con coherencia los flujos de energías y recursos por la finca, acorde con los usos pasados que hicieron del lugar un enclave privilegiado y precisamente de la misma manera que describen los proyectos de transición como ‘Barrios Productores’: uso racional de los elementos bioclimáticos, de agua y con estudios del movimiento de personas, flora y fauna que beneficien y regeneren.

La arquitectura y paisajismo de ‘foto fija’ conlleva el peligro de modelos estáticos donde faltaría la dinámica necesaria para adaptarse ante estudios continuados de la historia funcional de la Quinta y encajar estos descubrimientos en un presente y futuro acorde con las necesidades de los usuarios.

Confiamos en que la declaración de BIC pueda dotar de protección y reflexión a la totalidad de la Quinta, con todos sus elementos, sabiendo que dará lugar a estudios más exhaustivos y criterios de mejor calidad en línea con la ‘Nueva Arquitectura Tradicional’. El buen diseñador no teme los criterios restrictivos, ya que salvaguardan la creatividad y protección basada en normas conocidas y probadas.


Propuestas anteriores:

La Plataforma ha trabajado incansablemente para avisar de elementos que corren el riesgo de ser dañados o desaparecer, algunos desconocidos hasta por ser subterráneos como un arco en el muro sepultado por el relleno exterior, sólo visible en fotos antiguas.

Se han presentado propuestas técnicas para un viñedo vinculado con la bodega de la Quinta, para que algunos edificios puedan albergar una granja urbana, actividades equinas y elementos museísticos que cuenten no solamente la vida de los nobles, sino del servicio y todas las personas que han trabajado allí.

Más allá de los edificios principales, se ha reivindicado la importancia de recuperar los recursos hídricos de la finca, fuente de su autosuficiencia, con un estudio de las servidumbres de paso originales y la posibilidad de un proyecto de infiltración distrital en la zona de captación.

Para los invernaderos, se ha alegado repetidamente que deben ser devueltos no sólo a su multifuncionalidad original, sino también otras funcionalidades sostenibles modernas que encajan perfectamente con la visión original de estos.

Podríamos seguir con la lista de propuestas relacionadas tanto con la preservación de los elementos históricos y culturales y su puesta en valor para la sociedad actual, pero debido al modo de trabajo institucional, por sectores, direcciones generales y partidas presupuestarias, queda patente que falta un elemento esencial, siendo este una narrativa cohesiva que conserve la visión global del conjunto, que pueda engarzar, pasado, presente y futuro de manera reconocible y que sirva de elemento distintivo de la singularidad de la Quinta de Torre Arias.

Si consideramos las motivaciones dadas en solicitudes anteriores de la BIC, por ejemplo, por Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, estas se han basado en la amplia documentación de la Quinta de Torre Arias por Miguel Lasso de la Vega y Alberto Tellería:

“El recinto, históricamente emplazado en el término de Canillejas, hoy anexionado a la Villa de Madrid, apenas ha sufrido cambios en su perímetro a lo largo de la historia y conserva tanto la estructura vegetal, las trazas planimétricas y las edificaciones que permitían funcionase como una quinta de recreo y explotación agrícola y ganadera. El palacio, junto con sus edificaciones auxiliares, algunas anejas al mismo y otras dispersas por la finca, las fuentes, los puentes, las puertas, los invernaderos, los jardines de traza, paseos, sotobosques y terrenos de cultivo, configuran un conjunto indisoluble que es ya testimonio único y valiosísimo de lo que era una quinta de recreo de la nobleza ligada al disfrute de la vida campestre y también al desarrollo de las técnicas agrícolas y ganaderas. Ningún otro ejemplo de su género queda en Madrid, y menos con este grado de integridad.”

No obstante, y para evitar que el enfoque histórico cultural quede diluido en la sensación de algo del pasado que ya no tiene relevancia para las personas de hoy en día, se requiere un elemento conductor más fuerte y dinámico que aúne tanto los elementos narrativos como físicos y conceptuales de la Quinta cuya declaración como Bien de Interés Cultural se solicita. 

 

Marqués de Bedmar

En el Marqués de Bedmar, encontramos precisamente ese hilo conductor, tanto en el relato de su vida como los vestigios físicos encontrados en la Quinta; una viga compuesta de hierro en el patio agrícola detrás del palacio; el complejo sistema de extracción de agua, aunque basado en técnicas milenarias, y los invernaderos decimonónicos.

El relato cultural que podemos extraer de esto es mucho más rico que un mero inventario de elementos inmobiliarios o paisajísticos y, bien contado, más propicio a estimular la imaginación de las personas que vayan a participar en el proyecto cultural.

Se trata de la revolución industrial, en que las técnicas de minería de carbón y fundición con máquinas de vapor propulsaron a la humanidad a tal velocidad exponencial que la mayoría de los grandes inventos del hombre han sido de los últimos dos siglos. Cien años después de construir los invernaderos de la Quinta, el hombre había puesto el pie en la luna.

En la Gran Exposición de Londres de 1851, el jardinero Joseph Paxton, experto en invernaderos, lanzó el modelo de naves enormes prefabricadas que se ha aplicado desde entonces en ferias comerciales del mundo entero. El propio Marqués de Bedmar era comisario de la Exposición de Paris de 1889, continuación de la experimentación mundial en nuevas arquitecturas y artefactos industriales, en ciudades cuyos ensanches, infraestructuras y obras públicas no cesaban de crecer.

La ‘choza caribeña’ exhibida en Londres en 1851 figuró en “Los cuatro elementos de la arquitectura” de Gottfried Semper, una teoría que llevó al diseño de la sala de turbinas Siemens en Berlín por Behrens. Al reivindicar la plena funcionalidad y restauración respetuosa del complejo de invernaderos de la Quinta de Torre Arias, se apunta a más que un edificio; estos plasman una parte de la historia de los edificios industriales y su teoría de construcción.

Siguiendo esta línea conceptual, podríamos llegar incluso al chalet y piscina de la última Condesa de Torre Arias en los años 60. A pesar de ser una humilde estructura prefabricada, comparte las mismas raíces que llevaron a Mies van der Rohe a diseñar Farnsworth House. La arquitectura como proceso dinámico lleva a cambios en las fincas con el tiempo; alas nuevas de las mansiones, también la conocida historia de aristócratas venidos a menos que se trasladan a dependencias menores de su finca.

 


La luna de miel con la industrialización nos ha llevado a puertas de la era Antropoceno y los serios retos que nos esperan con la contaminación global y cambio climático. Irónicamente, algunos de los elementos de aquella ilusión por la forma y función vinculado a la belleza vuelven a ser relevantes en la actualidad, con la búsqueda de soluciones para la arquitectura bioclimática y sostenible.

Dos ejemplos de edificios decimonónicos que han sobrevivido intactos son la Lechería Real en Windsor, Inglaterra, y los grandes almacenes de Harrods en Londres. El primero recuerda a la ilusión de Bedmar por sacar provecho a su cabaña bovina con los adelantos tecnológicos de la época, y el segundo, sigue sorprendiendo con la belleza de su mercado de comida que han visitado miles de personas diariamente desde hace siglo y medio.

Un ejemplo nacional, aunque de época más reciente, serían las Cavas Codorniu, de la arquitectura modernista, un monumento visitable que sigue realizando su función original.

Conclusión

Esperemos que la declaración de BIC de lugar a un proceso de reflexión abierta, estudio abierto y variado y una protección de los elementos que evite su desaparición o destrucción irreflexiva ante criterios desacertados.

Confiamos en que una narrativa fuerte y coherente, sea la que hemos sugerido o cualquier otra que encaje con lo que se va descubriendo, facilite un tratamiento respetuoso con el pasado histórico, a la vez que dinámico y capaz de adaptarse a usos futuros.

 


Para consultas sobre la declaración de BIC, adjuntamos a continuación el enlace al BOCM donde se ha publicado el expediente indicando, donde está toda la información oficial al respecto:


 http://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2021/10/22/BOCM-20211022-61.PDF

viernes, 30 de julio de 2021

Reunión Plan Director, 12 de Julio de 2021


El pasado 12 de Julio, después de un fin de semana rozando los 40 grados, llegamos al lunes con una bajada considerable de temperaturas a una reunión más que esperada. El cambio climático rondaba nuestras cabezas bajo el cenador de la Quinta de Torre Arias, donde nos sorprendió el frío después de haber estado sudando durante dos días.

Y es que la recuperación medioambiental rondó el encuentro de principio a fin. El Equipo del Plan Director junto a la Dirección Técnica, invitaron a entidades y asociaciones a un espacio de diálogo para poder aportar ideas en la fase de diagnóstico en la que se encuentra el proyecto. El objetivo se centraba en reflexionar sobre el futuro de la Quinta de Torre Arias en el momento de terminar la fase de diagnóstico técnico y reunir así las aportaciones de asociaciones y sociedad civil, como de personas o entidades que hayan desarrollado estudios sobre este espacio.

También se invitó a otros departamentos municipales que está desarrollando estrategias que puedan establecer sinergías en un fututo en la Quinta, aportando mejoras al Plan Director y a su entorno próximo.

De esta manera, Santiago Soria, desde la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, nos relató el cómo había llegado hasta el Ayuntamiento un “diamante en bruto”, según sus palabras. Dedes el Ayuntamiento, se plantean el dilema de cómo recuperar el esplendor de una Quinta con un dueño nuevo que representa al pueblo de Madrid. Para él, el proyecto se centra en recuperar la jardinería histórica y el espacio de la Quinta como disfrute de los madrileño. El problema ha sido abrir al público un jardín que se había perdido durente años en el abandono de sus anteriores propietarios. Por ello, cada grupo que conforma el Plan Director ha de aportado lo que rehacer este pedazo de hstoria en Madrid: educación ambiental, valores, zoología, poesía, botánica…

Con todas las aportaciones y estudios científicos, "el Plan Director quiere recuperar el jardín histórico no para un noble sino para la ciudad de Madrid". Nos recalca que el plan se ciñe a los Jardines porque el trabajo desde el Ayuntamiento está muy sectorializado, ellos se encargan de Zonas Verdes y no pueden entrar en el ámbito de otros departamentos. Por ello, nos explica que no son soberanos del Palacio y nos invitan a luchar por ello, ya que no está en sus manos la gestión del mismo.

Desde Urbanismo, se ha decidido lo que hay que mantener y lo que hay que tirar tras realizar un estudio técnico de la Quinta al completo. Desde el punto de vista de la jardinería y de lo agropecuario, se han salvado elementos que Urbanismo ha querido tirar pero otras no, como es el caso de la Granja chica. Eso no quita, aclara, que según los usos que tenga el edificio se vayan a reconstruir en un futuro.

Nos aclara que el Plan Director ha intentado abarcar todos los oficios múltiples que se han desarrollado en el jardín a lo largo de los siglos para el estudio y restauración de la Quinta: el carácter histórico, con Miguel Lasso de la Vega a la cabeza, la jardinería, inventariado, restauración, urbanismo, arqueología, hidrología, biología y zoología..

Los jardines, finca y arquitectura vuelven a florecer con las aportaciones y estudios de todos los equipos involucrados. "Cuando la Quinta llegó a manos del Ayuntamiento, no se podía ni entrar en el Jardín, no se veían las fuentes ni los estanques, la maleza lo tapaba todo y se ha tenido que ir desgranando caminos y espacios trazados siglos atrás", comenta Soria.

“La idea que se tiene es la de respetar los aspectos medioambientales que conforma el jardín: un jardín es un archivo vivo, ahora desde la perspectiva patrimonial lo conocemos. Y ahora que se conoce el espacio, podemos establecer un diálogo con todos los interesados para saber qué hacer en adelante, para escribir su futuro”, dijo Soria. Se quiere revalorizar el proyecto con otras aportaciones de grupos diversos, por lo que se celebra la presente reunión como un encuentro para el intercambio de impresiones.

Se nos informó a los presentes de que se dispondrán de nuevos accesos a la Quinta de Torre Arias: se quiere dar protagonismo a los accesos de ambas Quintas (Torre Arias y Los Molinos) por la calle Alcalá y disponer de entradas secundarias, en el caso de Torre Arias se abrirá como secundaria en la C/: Marquesado de Santa Marta para dar continuidad a la salida de la Quinta de los Molinos, quedando cercana a Luca de Tena y a Espacio Abierto.

En cuanto a la gestión y operativa del Plan Director, nos explican que en ningún caso es un documento político y ha de tener un seguimiento. Realmente, el Plan Director se crea para el uso de los técnicos, que tengan unas directrices y conozcan que han de hacer. Y como es un documento vivo, si ha de cambiar tiene que tirar de quien lo ha creado, siempre ha de consultar.

Después de la introducción de Santiago Soria, participan las asociaciones del barrio que en este caso son la Asociación La Amistad y la Plataforma Quinta de Torre Arias. El resto de proyectos y asociaciones no han podido acudir por agenda o por encontrarse ya de vacaciones y nos emplazan a una futura reunión en Septiembre, para poder reunir más aportaciones.

Desde las asociaciones presentes en la reunión, se insiste en:

-        No limitar a los muros la acción que se está realizando en la Quinta, porque se engarza con el Eje Verde. Se habla de la peatonalización y accesibilidad del Eje Verde, que no es nada amable debido al tráfico.

-         Retomar el proyecto del viñedo existente en la Quinta.

-     Viajes del Agua. Destacan que es el único jardín en Madrid que se riega con viaje de agua. Aunque la cuenca de captación del agua está sufriendo si se continúa asfaltando el bosque que queda cuesta arriba.

-          Granja-Escuela para la Quinta

-          Creación de un campus tecnológico vs campus biológico (en relación al campus de Santa Marta de Babio)

-          Unir el Jardín y el Palacio y no tratarlos como entes separados. 

-      Eje verde entre las 3 Quintas, que sea una realidad porque con el tráfico rodado es imposible.

A posteriori de la ronda de asociaciones, desde el Dpto. de Cambio Climático del Ayuntamiento, nos cuentan como están promoviendo el introducir naturaleza verde en la ciudad, esfornzándose donde hay tejidos más densos y compactos de edificaciones. Aborda los siguientes temas:

·         Hay que buscar “soluciones basadas en la naturaleza” que sería la definición de cómo hacer ciudades más naturales y generando nuevos modos de movilidad.

·         Abordar la ciudad por escalas (suelos) y vulnerabilidad social. La vulnerabilidad social coincide normalmente con la vulnerabilidad climática, en las zonas más pobres de la ciudad es donde encontramos más asfalto y menos arbolado. El papel de las zonas verdes es primordial.

·         Tienen que intervenir diferentes departamentos de la Administración para salvar el déficit de la naturaleza en la ciudad.

·         Pensar nuevas maneras de gestión, no se puede hacer mucho a través del Ayuntamiento: elaborar proyectos mixtos con opciones variadas como privados/públicos/vecinales/asociacionales…

·         Buscar conclusiones e ideas claras: conclusiones exhaustivas no llevan a ninguna parte.

·         Que se respete el plan marcado, gobierne quien gobierne: por eso el Plan Director tiene que ser un documento fácil y claro para gestionar.

En conclusión, fue una reunión muy amable, abierta y recepctiva. Todos los asistentes coincidieron con nuestras propuestas (las marcadas por las asociaciones) y afirmaron que todas llevan al mismo camino: la educación ambiental, la puesta en marcha de nuevas zonas verdes y conservar el hábitat de la Quinta. Queda juntarnos en Septiembre con el resto de asociones y proyectos que no pudieron acudir a la reunión y que seguro tienen mucho que aportar.

Todos los asistentes declararon que ha de buscarse una utilidad real a la Quinta, útil para los vecinos del barrio y para la ciudad de Madrid. Nos vamos de vacaciones con esta idea para retomar una reunión en septiembre cargada de oportunidades para nosotros y para nuestro medio ambiente


domingo, 25 de abril de 2021

FACHADISMO

La serie “Nueva Arquitectura Tradicional” sobre proyectos del Premio Rafael Manzano en 2018, con la colaboración del Ministerio de Fomento y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, con el apoyo de la Fundación Richard H. Driehaus, demuestra que existe una manera correcta de recuperar los edificios históricos para el uso contemporáneo a la vez que se respetan los materiales tradicionales y se perpetúan los oficios ancestrales.

Baza o urbanismo histórico como se debería hacer



Según dichos textos se pretende “... la protección de nuestros patrimonios construido, cultural y medioambiental, de forma que satisfaga nuestras necesidades sin alterar irreversiblemente la capacidad de futuras generaciones de hacer lo mismo”. Para ello los proyectos han requerido la intervención de maestros canteros, carpinteros, ceramistas y forjadores, entre otros, aprovechando el proceso para formar aprendices en estos oficios e involucrar a estudiantes de arquitectura para que sean conscientes de los recursos y enfoques disponibles.

Las Escuelas Taller se han esmerado no solamente en las armaduras de lazo de cubierta, empedrados tradicionales y restauración de rejas y aldabas de forja tradicional, se aprecia también un mimo especial en la recuperación de tejas originales con musgo y líquenes para que las cubiertas restauradas no desentonen. En Baza, aprecia una ordenación urbanística cuidada enfocada a integrar el sistema de aguas tradicional “Caz Mayor” como elemento articulador de los huertos del claustro, huertas históricas, palacio, monasterio, viviendas tradicionales y fábrica en el conjunto urbano.

Ni siquiera es necesario alejarnos de Canillejas para apreciar un ábside del siglo XV y sorprendente artesonado de carpintería de estilo mudéjar restauración bien hecha. La podemos ver en la cubierta de la Iglesia de Santa María la Blanca de la Plaza Párroco Luis Calleja, con su ábside del siglo XV y sorprendente artesonado de carpintería de estilo mudéjar.

Habiendo establecido que este nivel de rigor en la restauración existe y que es posible con recursos actuales, nos preguntamos porque este enfoque brilla por su ausencia en la Quinta de Torre Arias.

Artesonado de la iglesia de Santa María La Blanca de Canillejas

Fachadismo

El fachadismo o rehabilitación mediante transformación radical del interior de un inmueble, con cambio en su uso principal, manteniendo intacta su fachada, parece definir lo que ha ocurrido al Palacio, el edificio central de la Quinta de Torre Arias. En fotografías de marzo del 2019, se ve un edificio sin cubierta y forjados, cuya fachada se sostiene sobre un andamio protésico. Queda patente que no volverá a ser el hogar de aristócratas, cumpliendo así, con el punto relativo al uso, todos los requisitos para pasar al catálogo de edificios que han caído víctimas del fachadismo.

La explicación técnica de que era necesario sustituir la estructura de madera por vigas de hierro, zapatas de hormigón y capas de compresión con mallazo debido a la premura de un “expediente de ruina” no evita que ofrezca idéntico aspecto visual al de tantas otras obras de casco urbano ideados para esconder complejos de oficinas o pisos de lujo conservando el aspecto exterior de la manzana.

La alegación de haber “realizado con años de catalogación minuciosa, retirada cuidadosa de piezas y su almacenaje logístico para que sean restituidos a su lugar original pasada la consolidación estructural”, no cuadra con lo detectado por fotografías de antes de la obra o los materiales sacados en contenedores de la finca. En todo caso, al eliminar los tabiques interiores, se crea una paradoja de Teseo, el dilema del ‘restaurador’ de dónde insertar las piezas descolocadas en un espacio totalmente diferente, concretamente unas crujías diáfanas de estructura consolidada que rodean un patio y una escalera monumental preservados en el centro.

Las 180 vacas no volverán a la vaquería adosada al palacio y, por tanto, para el uso contemporáneo, los adoquines de su establo no se volverán a colocar alrededor de los comederos y abrevaderos centrales, ni con el mismo peralte y con las mismas canaletas que facilitaban la limpieza del suelo. El ala de cuadras es una nave diáfana que ya no tiene boxes; si se contemplase alguna actividad equina futura, habría que diseñar un proyecto completamente nuevo acorde con los métodos y legislación modernos.

Las obras acabadas incluyen el frontón; el matadero se derrumbó y fue sustituido por una estructura abierta tipo porche; anexo al matadero, mallazo y hormigón, vacío; casa de los jardineros, demolido y sustituido por un edificio nuevo.

La ‘Mesa Técnica para el futuro uso de la Quinta de Torre Arias’ reconoce explícitamente el cambio de uso mencionado en la definición de fachadismo. También sale a relucir lo absurdo del afán inaugural de hitos parciales artificiales, en contra de la lógica de proyecto a largo plazo. Por mucho que se diga que se inaugurará el palacio en primavera, se cortarán cintas, habrá discursos y muchas fotos, pero palacio y cuadras siguen siendo unas naves diáfanas, sin solar, sin distribuir, sin infraestructura y acabados.

Fachadismo en La Casa de los Guardeses, objeto de mucha prisa preelectoral en los anteriores comicios, que fue objeto de demolición interior sin ninguna razón aparente ya que no amenazaba ruina. Más de dos años después, el piso de arriba tiene tablones de andamio colocados sin fijación por suelo, más bien pasarela, no se ha definido ningún uso definitivo y los paneles de la ventana del balcón ya se están desprendiendo debido a la mala calidad de los materiales y mano de obra.

Fachadismo en el Proceso participativo


La distribución, infraestructura y acabados se diseñan una vez que se puedan definir los usos posibles de las instalaciones. Convocar a los futuros usuarios a un proceso participativo para luego alegar todo tipo de trabas legales y falta de competencia de las direcciones correspondientes ha sido una prueba de paciencia para las personas que hemos respondido desinteresadamente.

Después del proceso judicial que llevó a la anulación del Plan Especial de 2014 por desproteger el patrimonio e intereses públicos, la Asociación Plataforma Quinta de Torre Arias interactuó extensivamente con varias direcciones, asesores y concejales del Ayuntamiento de Madrid para aportar una serie de sugerencias que articulasen dicha Quinta en un Eje Verde compuesta por esta, la Quinta de los Molinos y El Capricho. Entre ellas destacamos:

Esta Asociación ha reclamado desde el inicio una estrecha coordinación entre las direcciones, Agua, Parques, Patrimonio, Medio Ambiente, etc. para poder tener una actuación integral que tomase en cuenta los aspectos intra y extramuros como movimiento de aguas, fauna y usuarios. Se ha llamado la atención al papel que juegan los espacios verdes que lindan con la Quinta en estos movimientos, pidiendo su estudio, más allá de los alcances de obra estrictamente dentro de sus muros.

Se han aportado documentaciones de como otras ciudades han establecido corredores verdes, gestión de aguas pluviales por barrios enteros desde la iniciativa municipal, integración de pastoreo en los parques públicos como servicio ecológico y, como elemento crucial, la protección de las aguas subterráneas ya que no respetar estas servidumbres, que se encuentran fuera de los muros de la Quinta, llevaría a la pérdida de su recurso más valioso.

En cuanto a los edificios y estructuras, se ha pedido la protección e integración del sistema de riego tradicional y albercas que está estrechamente vinculado a dichos edificios, tanto en recogida como en distribución.

Se ha pedido el estudio, protección y reutilización de la funcionalidad original de los elementos bioclimáticos de los edificios y sus infraestructuras, por su importante valor histórico y didáctico ante la transición ecológica y sostenibilidad futura.

Se ha revindicado constantemente el papel esencial del personal de la finca en ser cuidadores de todos estos mecanismos, cuya experiencia personal continuada, transmitida a través de generaciones de jardineros municipales, es insustituible por una contrata temporal.

Para ello y como paradigma de la importancia de la jardinería en la historia de la Quinta, está el complejo de invernaderos y cajoneras de mediados del siglo XIX cuya importancia arquitectónica y multifuncionalidad no hemos cesado de describir, tanto en los escritos y alegaciones como en las visitas guiadas a la Quinta. Como conjunto, y actualmente está vallado como tal, merece un estudio arqueológico correcto y no somero como el del Plan Especial de 2017 y la opinión cualificada de técnicos municipales de jardinería como los hermanos Spalla de como podría ponerse en funcionamiento de nuevo como vivero de la finca.

Reconstrucción del muro del invernadero con ladrillo nuevo dejando el interior sin utilidad alguna para la jardinería.


Consternación

Desde que pasó a manos del Ayuntamiento, la Quinta ha sufrido un sin fin de actuaciones desacertadas:

-Se ha mermado su riqueza biológica y patrimonio histórico. Se han trasplantado hileras de árboles maduros con maquinaria pesada que después se han muerto. Las fotografías aéreas de la última década demuestran una progresiva pérdida de masa arbórea.

-Los edificios menores y tramos de muro se desmoronan porque nunca fueron apuntalados o protegidos y hay un goteo constante de elementos que desaparecen, son aplastados o enterrados sin dejar rastro. Algunos elementos, como ya hemos avisado en muchas ocasiones, pueden afectar irreversiblemente futuras interacciones con espacios fuera de los muros, como son los arcos de paso de agua.

-Se observa la actuación de la empresa que actualmente repara los muros en el Parque de Torre Arias (calle Alcalá) por el método del zuncho de hormigón con columnas del mismo material al final de cada paño, revestido con ladrillo visto. Así, cual Teseo, han creado un muro neohistórico para unir la exedra con el muro original, recorriendo la vaguada de norte a sur, en un lugar donde quizás nunca haya existido un muro de esas características. Incorporar la técnica en el muro existente cambiará para siempre su estructura, por mejorada o técnicamente aconsejable que sea.

-La sorpresa ha sido descubrir, ya que están  los maestros albañiles en la obra, que el alcance de su intervención incluye reponer el muro de fondo de uno de los INVERNADEROS, es decir la ‘fachada’ posterior con su chimenea. Durante este ejercicio de ‘fachadismo inverso’ relámpago, de sustituir la fachada en vez del edificio, no se hará ningún estudio o reparación del cuarto de calderas que hay debajo de la chimenea; no se estudiará el hipocausto, bancales para plantas y, por supuesto, no existe ningún diseño para ese conjunto vallado que, además de ladrillo, incluye elementos de metal, granito, hierro, cristal, fontanería y tiros de chimenea y ventilación. Parece “fachadismo por entregas”, una actuación destinada a dejar una estructura ornamental y sin funcionalidad alguna.

Fachadas del palacio desprovistas de su histórico interior. ¿Habrá que conformarse con las imágenes del pasado?

Privatización

El proceso de fachadismo continúa con la noticia de que la Quinta de Torre Arias está a punto de pasar a manos de una contrata privada bajo la fórmula de contratos integrales de jardinería y limpieza. Esto significa que, como en El Capricho y Quinta de los Molinos, su gestión quedará a criterio de la empresa privada, con una plantilla precaria, poco formada y con escaso incentivo para fomentar los valores urbanísticos y continuidad de un Eje Verde Histórico. Para conservar el puesto de trabajo, estos operarios no tendrán ningún reparo en demoler una alberca de la red de riego como hicieron en la Quinta de los Molinos. No representarán la continuidad del conocimiento y la transición ecológica en el lugar.

Fue en la Quinta de los Molinos que se cerró la Escuela de Jardinería en los 90, seguido de la del Capricho, con su Escuela Taller de Oficios. Con esta vuelta de tuerca, prosigue el ataque a lo público, a los proyectos para el bien común y el futuro sostenible de nuestros jóvenes.

Conclusión

Pueden existir razones técnicas legítimas para tener que desmontar estructuras e infraestructuras y sustituir materiales, a veces en su totalidad. Incluso, para la coherencia y articulación de un proyecto, para suplir elementos faltantes o adaptar el conjunto a los usos actuales se pueden hacer recreaciones de tramos o incorporar sistemas que no existían originalmente; es práctica habitual en las restauraciones y sujeto a protocolos conocidos de diseño y actuación que aseguran el respeto al patrimonio aunado a criterios actuales de funcionalidad y sostenibilidad.

Estos procesos requieren la coordinación de estudios interdisciplinarios que lleguen al fondo del papel de la Quinta, pasado y futuro, en su entorno urbanístico, que proporcione respuestas didácticas para a una población joven y diversa que se enfrenta a la incertidumbre de cambios climáticos y económicos a una escala que no se ha conocido en la historia reciente.

No se logrará con una gestión dividida por áreas e incluso por materiales, planes e instrumentos legales que buscan cumplir con la letra, pero no con el fondo, hacer caso omiso de los informes de técnicos e ignorar la práctica puntera en otros países, incluso en España. Sin un proceso de diseño urbanístico y de paisajismo que integre los edificios e infraestructuras de una manera acorde con su uso previsto e hipotético del conjunto, no quedará más que una serie de actuaciones inconexas realizadas por acto reflejo. Acometer esto requiere un amplio diálogo con los actores sociales, teniendo en cuenta los trabajadores de la Quinta, para que puedan contribuir a la visión del espacio y al proceso de diseño.

Se trata de un proceso y, por tanto, será lento y quizás no cumpla con las expectativas cortoplacistas electorales. No obstante, al público le tranquilizaría saber que las decisiones a tomar no se dejan al libre albedrío del constructor, al capricho momentáneo del técnico o concejal de turno o que obedezcan a objetivos privatizadores que no tengan nada que ver con la integridad funcional de la Quinta.

El ejemplo de los invernaderos es clave para entender los efectos de la externalización de servicios y desprofesionalización del personal. Importar plantas al por mayor de un vivero industrial homogeiníza la botánica de los parques, creando economías de escala y prácticas laborales que favorecen la gestión por parte de la contrata. En un momento en que se están investigando las plantas y semilla autóctonas, el riego sin productos químicos y la recuperación de conocimiento tradicional para enfrentarse a los efectos de plagas y el cambio climático, ¿tiene sentido desproteger y descuidar un lugar que tiene un modelo casi completo de estos sistemas y personal con los conocimientos para sacar provecho de ellos? ¿Madrid puede permitirse no invertir en este modelo que ya han visitado investigadores y estudiantes de medio mundo?

En vez de este aparente caos y descoordinación, el público espera un enfoque a la altura de la “Nueva Arquitectura Tradicional”, saber que se manejan textos como el manual “Energy Efficiency Solutions for Historic Buildings” y que el proyecto cumplirá con los más altos niveles de sostenibilidad, utilidad e inclusión social.


Referencias

“Nueva Arquitectura Tradicional”: (https://intbauspain.com/publicaciones/)

“Energy Efficiency Solutions for Historic Buildings”:

(https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/9783038216506/html)