Fundamentos para la Declaración de Bien de Interés Cultural para la QUINTA DE TORRE ARIAS
La Comunidad de Madrid a instancias del Área de Cultura inicia expediente para la declaración de BIC del palacio y Quinta de Torre Arias en la categoría de conjunto histórico.
Anteriormente ( hace años) la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ya lo solicito.
Con motivo de ello, está plataforma redacto el siguiente texto para reflejar nuestra opinión al respecto y que fue enviado al organismo competente.
Contexto:
Desde su constitución, a raíz de
las protestas por Plan Especial de 2014 que, según el Tribunal Supremo de
Madrid, dejaba la Quinta en una situación de desamparo, la Asociación ha
acompañado los procesos posteriores para reivindicar la máxima calidad en todo
lo relacionado con la finca, como bien público para el beneficio de los
ciudadanos.
Pese a las declaraciones de
buenas intenciones a posteriori, la Quinta ha sufrido pérdidas irreversibles de
su patrimonio histórico y cultural debido a la falta de mecanismos de
supervisión y conservación en el contrato de permuta de 1986 en lo que parecía
una operación inmobiliaria de superficie y volumen sin consideración de su
valor intangible. El deterioro habría comenzado antes de que interviniera el
Ayuntamiento de Madrid, aunque queda patente que los 30 años de usufructo sin
supervisar han llevado a un expediente de ruina y una intervención que ha pasado
por demoler gran parte de las estructuras para consolidar su estructura.
En la inercia de ambos planes
especiales publicados y el proceso de plan director en marcha, nuestra
Asociación ha observado una premura y criterios cambiantes que han creado una
visión disgregada de los elementos individuales de la Quinta que dificulta cada
vez más su estudio, tanto en términos históricos, como técnico para entender
como se podría implementar usos futuros contemporáneos basados en una narrativa
que arranca desde el pasado rural de la finca y se proyecta hacia convertirse
en un elemento central en la transición sostenible urbanística según las pautas
de proyectos como Barrios Productores, Isla de Color y Bosque Metropolitano que
promocionan el Ayuntamiento como su apuesta ante el cambio climático.
Para integrar estos elementos, la
Plataforma ha insistido constantemente en que deben ser interconectados de
manera que traten con coherencia los flujos de energías y recursos por la
finca, acorde con los usos pasados que hicieron del lugar un enclave
privilegiado y precisamente de la misma manera que describen los proyectos de
transición como ‘Barrios Productores’: uso racional de los elementos
bioclimáticos, de agua y con estudios del movimiento de personas, flora y fauna
que beneficien y regeneren.
La arquitectura y paisajismo de
‘foto fija’ conlleva el peligro de modelos estáticos donde faltaría la dinámica
necesaria para adaptarse ante estudios continuados de la historia funcional de
la Quinta y encajar estos descubrimientos en un presente y futuro acorde con
las necesidades de los usuarios.
Confiamos en que la declaración
de BIC pueda dotar de protección y reflexión a la totalidad de la Quinta, con
todos sus elementos, sabiendo que dará lugar a estudios más exhaustivos y
criterios de mejor calidad en línea con la ‘Nueva Arquitectura Tradicional’. El
buen diseñador no teme los criterios restrictivos, ya que salvaguardan la
creatividad y protección basada en normas conocidas y probadas.
Propuestas anteriores:
La Plataforma ha trabajado
incansablemente para avisar de elementos que corren el riesgo de ser dañados o
desaparecer, algunos desconocidos hasta por ser subterráneos como un arco en el
muro sepultado por el relleno exterior, sólo visible en fotos antiguas.
Se han presentado propuestas
técnicas para un viñedo vinculado con la bodega de la Quinta, para que algunos
edificios puedan albergar una granja urbana, actividades equinas y elementos
museísticos que cuenten no solamente la vida de los nobles, sino del servicio y
todas las personas que han trabajado allí.
Más allá de los edificios
principales, se ha reivindicado la importancia de recuperar los recursos
hídricos de la finca, fuente de su autosuficiencia, con un estudio de las
servidumbres de paso originales y la posibilidad de un proyecto de infiltración
distrital en la zona de captación.
Para los invernaderos, se ha
alegado repetidamente que deben ser devueltos no sólo a su multifuncionalidad
original, sino también otras funcionalidades sostenibles modernas que encajan
perfectamente con la visión original de estos.
Podríamos seguir con la lista de
propuestas relacionadas tanto con la preservación de los elementos históricos y
culturales y su puesta en valor para la sociedad actual, pero debido al modo de
trabajo institucional, por sectores, direcciones generales y partidas
presupuestarias, queda patente que falta un elemento esencial, siendo este una
narrativa cohesiva que conserve la visión global del conjunto, que pueda
engarzar, pasado, presente y futuro de manera reconocible y que sirva de
elemento distintivo de la singularidad de la Quinta de Torre Arias.
Si consideramos las motivaciones
dadas en solicitudes anteriores de la BIC, por ejemplo, por Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, estas
se han basado en la amplia documentación de la Quinta de Torre Arias por Miguel
Lasso de la Vega y Alberto Tellería:
“El recinto, históricamente emplazado en el
término de Canillejas, hoy anexionado a la Villa de Madrid, apenas ha sufrido
cambios en su perímetro a lo largo de la historia y conserva tanto la
estructura vegetal, las trazas planimétricas y las edificaciones que permitían
funcionase como una quinta de recreo y explotación agrícola y ganadera. El
palacio, junto con sus edificaciones auxiliares, algunas anejas al mismo y
otras dispersas por la finca, las fuentes, los puentes, las puertas, los
invernaderos, los jardines de traza, paseos, sotobosques y terrenos de cultivo,
configuran un conjunto indisoluble que es ya testimonio único y valiosísimo de
lo que era una quinta de recreo de la nobleza ligada al disfrute de la vida
campestre y también al desarrollo de las técnicas agrícolas y ganaderas. Ningún
otro ejemplo de su género queda en Madrid, y menos con este grado de
integridad.”
No obstante, y para evitar que el
enfoque histórico cultural quede diluido en la sensación de algo del pasado que
ya no tiene relevancia para las personas de hoy en día, se requiere un elemento
conductor más fuerte y dinámico que aúne tanto los elementos narrativos como
físicos y conceptuales de la Quinta cuya declaración como Bien de Interés
Cultural se solicita.
Marqués de Bedmar
En el Marqués de Bedmar,
encontramos precisamente ese hilo conductor, tanto en el relato de su vida como
los vestigios físicos encontrados en la Quinta; una viga compuesta de hierro en
el patio agrícola detrás del palacio; el complejo sistema de extracción de
agua, aunque basado en técnicas milenarias, y los invernaderos decimonónicos.
El relato cultural que podemos
extraer de esto es mucho más rico que un mero inventario de elementos
inmobiliarios o paisajísticos y, bien contado, más propicio a estimular la
imaginación de las personas que vayan a participar en el proyecto cultural.
Se trata de la revolución
industrial, en que las técnicas de minería de carbón y fundición con máquinas
de vapor propulsaron a la humanidad a tal velocidad exponencial que la mayoría
de los grandes inventos del hombre han sido de los últimos dos siglos. Cien
años después de construir los invernaderos de la Quinta, el hombre había puesto
el pie en la luna.
En la Gran Exposición de Londres
de 1851, el jardinero Joseph Paxton, experto en invernaderos, lanzó el modelo
de naves enormes prefabricadas que se ha aplicado desde entonces en ferias
comerciales del mundo entero. El propio Marqués de Bedmar era comisario de la
Exposición de Paris de 1889, continuación de la experimentación mundial en
nuevas arquitecturas y artefactos industriales, en ciudades cuyos ensanches,
infraestructuras y obras públicas no cesaban de crecer.
La ‘choza caribeña’ exhibida en
Londres en 1851 figuró en “Los cuatro elementos de la arquitectura” de
Gottfried Semper, una teoría que llevó al diseño de la sala de turbinas Siemens
en Berlín por Behrens. Al reivindicar la plena funcionalidad y restauración
respetuosa del complejo de invernaderos de la Quinta de Torre Arias, se apunta
a más que un edificio; estos plasman una parte de la historia de los edificios
industriales y su teoría de construcción.
Siguiendo esta línea conceptual,
podríamos llegar incluso al chalet y piscina de la última Condesa de Torre
Arias en los años 60. A pesar de ser una humilde estructura prefabricada,
comparte las mismas raíces que llevaron a Mies van der Rohe a diseñar
Farnsworth House. La arquitectura como proceso dinámico lleva a cambios en las
fincas con el tiempo; alas nuevas de las mansiones, también la conocida
historia de aristócratas venidos a menos que se trasladan a dependencias
menores de su finca.
La luna de miel con la
industrialización nos ha llevado a puertas de la era Antropoceno y los serios
retos que nos esperan con la contaminación global y cambio climático.
Irónicamente, algunos de los elementos de aquella ilusión por la forma y
función vinculado a la belleza vuelven a ser relevantes en la actualidad, con
la búsqueda de soluciones para la arquitectura bioclimática y sostenible.
Dos ejemplos de edificios
decimonónicos que han sobrevivido intactos son la Lechería Real en Windsor,
Inglaterra, y los grandes almacenes de Harrods en Londres. El primero recuerda
a la ilusión de Bedmar por sacar provecho a su cabaña bovina con los adelantos
tecnológicos de la época, y el segundo, sigue sorprendiendo con la belleza de
su mercado de comida que han visitado miles de personas diariamente desde hace
siglo y medio.
Un ejemplo nacional, aunque de
época más reciente, serían las Cavas Codorniu, de la arquitectura modernista,
un monumento visitable que sigue realizando su función original.
Conclusión
Esperemos que la declaración de
BIC de lugar a un proceso de reflexión abierta, estudio abierto y variado y una
protección de los elementos que evite su desaparición o destrucción irreflexiva
ante criterios desacertados.
Confiamos en que una narrativa
fuerte y coherente, sea la que hemos sugerido o cualquier otra que encaje con
lo que se va descubriendo, facilite un tratamiento respetuoso con el pasado
histórico, a la vez que dinámico y capaz de adaptarse a usos futuros.
Para consultas sobre la declaración de BIC, adjuntamos a continuación el enlace al BOCM donde se ha publicado el expediente indicando, donde está toda la información oficial al respecto:
http://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2021/10/22/BOCM-20211022-61.PDF