sábado, 26 de diciembre de 2015

¿OBRA DE ARTE DE MICHEL-ANGE SLODTZ EN TORRE ARIAS?

Madrid Ciudadania y Patrimonio solicita que expertos determinen si una escultura de terracota ubicada en el Palacio de la Quinta de Torre Arias es una pieza original del artista francés del siglo XVIII Michel-Ange Slodtz.

El año pasado, con motivo de la solicitud de la declaración como B.I.C- para la Quinta de Torre Arias, Madrid Ciudadania y Patrimonio elaboró un informe en el que se identificaba una escultura del palacio como una versión en terracota del grupo Diana y Endimión, realizado por el gran escultor francés Michel-Ange Slodtz en Roma en la primera mitad del siglo XVIII. Sin embargo, gracias a fotografías posteriores más detalladas, ha cobrado fuerza la hipótesis de que dicha pieza no es una copia en otro material del mármol conservado en una colección privada de Ginebra, sino que se trata del modelo original elaborado para ejecutar el mismo. De confirmarse esta teoría, habría que celebrar el hallazgo en Torre Arias de una pieza escultórica -hasta hoy desconocida- que no haría mal papel en algunos de los mejores museos del mundo, como el Louvre o el Victoria & Albert Museum de Londres, que poseen en sus colecciones piezas de este autor tan interesante como poco prolífico.



BIOGRAFIA

René-Michel Slodtz conocido como Michel-Ange Slodtz, nacido en 1705 en París y fallecido en 1764 en la misma ciudad, fue un escultor francés. Desarrolló su obra en el estilo Rococó, tanto en Italia como en Francia. Fue Menus-Plaisirs del rey de Francia.

Hermano de Paul Ambroise Slodtz y Sebastien Slodtz, igualmente escultores, y considerado como el más dotado de los tres.
Pasó diecisiete años en Roma, donde recibió el sobrenombre de «Michel-Ange». Realizó numerosos monumentos funerarios y obras religiosas influenciado por el Barroco.
En Roma fue elegido para realizar la estatua de San Bruno (1744) para un nicho de la nave de la Basílica de San Pedro. La estatua representa la negativa del santo a la mitra del obispo y el poder que son ofrecidos por un querubín, mientras que su mano derecha descansa sobre un cráneo, que le recordaba de su mortalidad. La sencillez de los trajes de los monjes y la cabeza rapada añaden el "gravitas" clásico al drama barroco. También fue el escultor de la tumba del marqués Capponi en San Giovanni dei Fiorentini. Otras obras suyas pueden verse en las iglesias romanas de San Luis de los Franceses y Santa María Della Scala.
Después de su regreso a Francia en 1747, Slodtz, junto con sus hermanos, Antoine-Sebastien y Paul, produjo muchas obras de decoración en las iglesias de París, y, aunque gran parte ha sido destruida, su logro más importante fue la tumba de Languet de Gergy en la iglesia de Saint-Sulpice (inaugurada en 1750) que todavía existe.
Con su hermano Sébastien, trabajó en las décadas de 1750-1760 en el coro de estilo Barroco de la iglesia de Saint Merri en París.
Slodtz fue, al igual que sus hermanos, miembro de la Académie Royale de pintura y de escultura . Muchos detalles de su vida se conservan por Charles-Nicolas Cochin , en un libro de memorias y también en una carta a la Gaceta littéraire, que fue reproducido por Castilhon en el Necrológica de 1766.
Entre las obras mejores y más conocidas de Michel-Ange Slodtz destacan:

  • San Bruno (1744), estatua, Roma, Basilica de San Pedro
  • Mausoleo de los arzobispos Armand de Montmorin y Henri Oswald de la Tour d'Auvergne en la Catedral de San Mauricio de Vienne(Isère), 1740-1747.
  • Tumba de Jean-Joseph Languetg de Gergy (1757), París, Iglesia de Saint Sulpice
  • Con la colaboración de su hermano Sebastien Slodtz, Gloria dorado rodeado de ángelotes (1758), París, église Saint-Merri
  • retrato de Ifigenia, busto, terracota, París, Museo del Louvre: Salón de 1759
  • Retrato de Crises , busto, terracota, París, Museo del Louvre
El Museo del Louvre y el Museo de las Bellas Artes de Rennes conservan una importante colección de dibujos de Michel-Ange Slodtz.
Entre los dibujos del Louvre se conserva un retrato del pintor Pierre Charles Tremoliéres








HISTORIA DE CANILLEJAS. por Myriam Cobos


La historia de Canillejas se remonta hasta unos cien mil años antes de Cristo, que es el dato más antiguo que conocemos al descubrirse en esta zona unos yacimientos que pertenecían al Paleolítico.
Después, lo que ha llegado hasta nosotros son los indicios de que Canillejas ya existía en la época musulmana, pues aparece un texto relacionado en el libro: "Los viajes del agua". (Los Viajes de agua era el nombre que recibía una serie de conducciones subterráneas que canalizaban el agua de diferentes acuíferos de Madrid).

Consistía en una red de 124 km de minas subterráneas que se encargaba de traer las aguas desde la zona alta de Madrid y distribuirla a todas las fuentes -públicas y privadas- de la ciudad. En Madrid se halla el viaje de agua más antiguo de España.



Siglo XIII

Canillejas se funda como tal.  Por entonces, era una población que creció al mismo tiempo que su vecina Canillas, y que ambas reciben su nombre, de los conductos subterráneos de distribución de agua, que ya hemos comentado, concretamente de los caños o canillas por las que salía el agua de las fuentes.  

En determinadas épocas, Canillejas estuvo exenta de pagar impuestos, como en 1274, año en el que Alfonso X le eximió de pagar tributos, por ayudar al Reino de Castilla durante la Reconquista.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Jardineros municipales con espíritu regeneracionista



QUINTA TORRE ARIAS

Jardineros municipales con espíritu regeneracionista

Daniel Liébana, Olga Aranda y Heráclito Labrador (Tito) son tres jardineros municipales que trabajan en la plantilla de la Quinta de Torre Arias desde que fue recepcionada por el Ayuntamiento. Los tres están comprometidos con el parque histórico, pero no solo en su restauración o rehabilitación, el objetivo es recuperar el esplendor del siglo XVI y democratizar el uso ornamental y agrícola de una finca que solo disfrutaron los grandes de España.
 


Entre plantones, invernaderos y huertas nos reciben los jardineros municipales en la Quinta de Torre Arias con una alfombra de praderas verdes en los primeros días de invierno, sin apenas intervención de la mano del hombre durante décadas. “Queremos conservar la Quinta como en origen, incluso sin segar la pradera, que la naturaleza siga su curso y sin utilizar venenos, pero claro hay otras perspectivas en la plantilla y los jefes también imponen su criterio”, comienzan diciendo.
Igual que los dos invernaderos, que al principio se rellenaban con estiércol formando una cama caliente con sustrato de cultivo y el perímetro acristalado para evitar las heladas. “Lo invernaderos de Torre Arias producían miles de plantas en flor, y suministraban a otras quintas de Madrid. El Plan Especial del anterior equipo de Gobierno incluía cargarse un invernadero y no lo podíamos permitir, tenemos que darles el valor que se merecen”, explica Daniel.
Según los testimonios históricos, la anterior propietaria Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, disfrutó de las estufas en los invernaderos con tubos de hierro y un circuito de calefacción por agua caliente muy eficaz, geotermal, con ventilación natural y ecológicamente sostenible, allí pasaba los inviernos con austeridad.
A Daniel, Olga y Tito se les nota su amor por la Quinta, son jardineros voluntarios con perspectivas e iniciadores de un proceso de conservación que da continuidad al trabajo de la Condesa de Torre Arias. “En esta Quinta las cosas no se hacían por que sí, todo estaba meditado y enfocado a producir, es también un Finca de Recreo  y esa dualidad de sentido ecológico y lógico ha perdurado hasta nuestros días”.
Huerta ecológica y comida sana
Los jardineros son los iniciadores de zonas nuevas como la huerta, un planteamiento muy osado, aunque siempre tuvieron en cuenta el 
carácter agrícola. La huerta tiene alrededor de 200 m2 y en verano se plantan tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, calabazas y tomates de cáscara; en invierno acelgas, coles o zanahorias.
“Nos interesan mucho la plantaciones en entornos urbanos, en este sentido los Acuerdos de Milán son claros en cuanto a producir comida sana y en Torre Arias se dan todas las condiciones con un suelo fértil apenas tocado durante siglos”, apunta Olga Aranda. Sus labores son de desbroce, limpieza, retirada de vegetación espontánea y tala de árboles enfermos o plantas invasivas junto a edificios. Pero también han limpiado y recuperado las caceras de riego, muy deterioradas.
“Falta un estudio del agua y recuperar el plan hidrológico de la Quinta, un asunto muy estudiado por Adrian Woods, que pertenece a la Asociación Plataforma Ciudadana Quinta de Torre Arias”, igual que nuestros protagonistas.
La APCQTA propone un cambio de conceptos novedosos, compatibles con la rehabilitación y la implantación de una agricultura orgánica (regenerativa) con plantas no solo ornamentales y recogiendo la producción por ejemplo de los almendros. “Se trata de minimizar costes y que los frutales sean comestibles con árboles que absorban el CO2. Estamos vigilantes y somos reivindicativos, queremos que Torre Arias sea el inicio de una nueva política en defensa del Medio Ambiente coincidiendo con el Año de la Cumbre Climática", finalizan.
Fuente: http://www.paginadeldistrito.com/medioambiente.html