FERSMAN VISITA LA QUINTA (relato)
FERSMAN VISITA LA QUINTA (relato) “Mi abuelo no podrá asistir a la apertura oficial de la Quinta de Torre Arias. Falleció hace unos meses y no verá cumplido su deseo de pasear otra vez por sus caminos y beber de sus manantiales centenarios. Según escribo estas líneas, contemplo una concha antiquísima que me dejó con su escritorio, silla favorita y libros de geología. Verla me recuerda nuestros paseos por el barrio y las historias que me contaba sobre lo que pasó aquí durante la Guerra Civil. No era más que un chaval y solía acompañar a Don Abelardo, a quien hacía recados y llevaba los bultos ya que el viejo era cojo y no podía con el peso. Al llegar el General Miaja a la Quinta de Torre Arias habían huido los aristócratas, dejando solamente un par de mozos que se encargasen de alimentar a los animales. El General mandó poner guardia en todas las puertas y que no se sacara del recinto ni un alfiler sin su permiso. Llamaron a Don Abelardo, que tenía buena letra y