Una docena de vecinos, hace 60 años se movilizaron para impedir que el ladrillo arrasara el rastro agrícola-rural que desde el siglo XI existía en el corazón urbano de París, en Montmartre. Entonces no podrían sospechar que su iniciativa, apoyada por la ciudadanía se convertiría, año tras año, hasta hoy, en uno de los grandes eventos culturales, festivos y sociales. Todo un significado simbólico de victoria sobre el avance imparable del ladrillo alrededor de una minúscula huerta de unos 1.000m2 Espero que dentro de unos años, en Madrid, alguien pueda conmemorar, sobre la QTA, la iniciativa de vecinos de San Blas-Canillejas, a través de sus Plataformas ciudadanas, para impedir su invasión especulativa. Una invasión promovida por el mismo Ayuntamiento, y que entregaba a intereses privados no solo un espacio físico público sino una parte de nuestra historia común. ...